SENADO DE LA REPÚBLICA
Medalla Belisario Domínguez



GALARDONADO 2015

 

 

DR. ALBERTO BAILLÈRES GONZÁLEZ

Don Alberto Baillères González es un mexicano ejemplar, que ha promovido con éxito –a través del emprendedurismo, la empresa y la filantropía– la actividad económica, la generación de empleos, la salud, la educación y la cultura. Eminente filántropo, comprometido con la comunidad, Alberto Baillères es un destacado promotor de la educación y la cultura. Hombre de empresa, visionario, cuya contribución a nuestro país se distingue por su infatigable apuesta por México –a través de la formación y consolidación de empresas competitivas, pero también de profesionistas capacitados–, Don Alberto es un líder nato, formador e impulsor de la competitividad, un mexicano que ha dedicado su existir al desarrollo y crecimiento de nuestra Patria.

Su espíritu de empresa y profundo amor por México le vienen de su padre, Don Raúl Baillères Chávez, quien por su carácter inquieto y alma rebelde, dejó su natal Silao, Guanajuato, en el año de 1914 con apenas 19 años, para migrar a la Ciudad de México en busca de mejores oportunidades, llevando consigo únicamente su talento y sus ganas de salir adelante.

En el año de 1967, Don Raúl fallece dejando un grupo sumamente exitoso que incluía 15 empresas, entre mineras, aseguradoras, bancos, una inmobiliaria, una fábrica de malta, una empresa refresquera, una compañía de químicos y una tienda departamental. Además, legó la creación del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Economista graduado en 1957 con Mención Honorífica, Don Alberto inició su carrera profesional cuando aún estudiaba. Trabajó en el Banco de Comercio, ingresó a la Cervecería Moctezuma como vendedor y posteriormente fue Director de Palacio de Hierro.

En 1964, con tan sólo 27 años, y debido a la trágica muerte de su hermano mayor Raúl, el joven Alberto renunció a su sueño de ir al extranjero para estudiar un posgrado y asumió la Dirección General de la compañía cervecera Moctezuma.

Tres años después, con apenas 30 años de edad, Don Alberto asumió con decisión y arrojo la Presidencia del grupo empresarial, tras la muerte de su señor padre. Dice el profesor de la UAM, Jorge Orozco: el joven Alberto “pudo dejar la responsabilidad en manos de algún socio de su padre mientras ganaba experiencia. Pero no lo hizo”.

Don Alberto, recuerda aquellos momentos: “Me volví casi invisible para mis amigos y para la sociedad, porque me di cuenta de que necesitaba de toda mi energía para estar con mi familia y dirigir la empresa. Casi no hubo tiempo para hacer cualquier otra cosa”.

Parafraseando al Doctor Francisco Calderón, Don Alberto –“estratega de amplia visión, que ha sabido rodearse de funcionarios eficientes y probos, exigente en el cumplimiento de la disciplina del trabajo, pero no más exigente de lo que es consigo mismo”– vendió empresas –como la Cervecería Moctezuma y Peñafiel–, fusionó otras –como es el caso de la aseguradora GNP– y concentró esfuerzos en sus áreas prioritarias de negocio.

Como Industrias Peñoles, la cual convirtió en una de las principales productoras de oro, plata y plomo en México y Latinoamérica, así como una de las empresas líderes exportadoras e introductoras de divisas al país.

En concreto, Don Alberto –“con clara inteligencia, madurez, profundidad de análisis y una estricta honestidad personal que se ha reflejado en la conducción ética de sus empresas”– ha consolidado exponencialmente su grupo empresarial, acrecentando así su actividad económica y la generación de empleos de calidad.

Visto en retrospectiva, cuando Don Alberto tomó las riendas del grupo, las empresas generaban 12,000 empleos formales. Hoy, a casi 50 años de distancia, generan más de 50,000 empleos, beneficiando a más de 150 mil mexicanos de forma directa. Hoy, en un entorno de responsabilidad social, empleos de calidad y superación profesional, las empresas del Grupo BAL son ejemplo de dinamismo y orgullo de nuestro país.

Sus propias palabras reflejan su visión empresarial:

“En los momentos de auge, hay que tener la serenidad para evitar embelesarse con la efervescencia de la prosperidad; y en los declives, debemos tener la paciencia para perseverar en el empen?o de superar los mayores obsta?culos”.

La trayectoria de Don Alberto Baillères es reconocida tanto a nivel nacional como internacional. Ha sido miembro del Consejo Mexicano de Negocios; del Comité Asesor del Chase Manhattan Bank, y del J.P. Morgan Internacional Council.

También destacan los importantes reconocimientos, como: el “Doctorado Honoris Causa” de su alma mater; el “Woodrow Wilson Award for Corporate Citizenship”; el “Emprendedor Endeavor del año”; el “Filántropo del Año”, de la Fund Raising Association; el “Asegurador del Año”, de la Asociación Mexicana de Seguros y Fianzas; y el “Empresario del Año”, de Forbes Latinoamérica.

Por otra parte, la vida de Don Alberto Baillères no puede entenderse sin su contribución a la educación, la cultura y la filantropía. Actualmente, es Presidente de la Asociación Mexicana de Cultura y Presidente de la Junta de Gobierno del ITAM, el cual ha sido reconocido como una de las mejores universidades en México y América Latina, donde egresan destacados profesionistas, que hoy son líderes que le aportan a México, desde distintos ámbitos de la vida nacional, tanto pública, social y privada.

El Doctor Carlos De la Isla enfatiza:

“(…) Don Raúl Baillères que sabía de los dolores de México porque le dolían en lo más íntimo de su alma, cuando se preguntó un día, ¿qué debemos hacer para atender los graves problemas de nuestro México? La respuesta inmediata e imperiosa fue: educar. Y así se gestó el ITAM. Don Alberto Baillères no sólo heredó de su señor Padre su compromiso con México, sino que acrecentó su entusiasmo por la educación”.

Por eso Don Alberto, en palabras de Javier Beristain:

“ha conducido eficazmente el destino del Instituto; ahora es una universidad en plenitud, multidisciplinaria, plural y diversa; incluyente, tolerante y abierta a las ideas; que hace investigacio?n sin descuidar la formacio?n integral de sus alumnos –esa formacio?n profesional del hombre medio a la que invitaba Ortega y Gasset (…)”

Esa formación que desde la visión de Don Alberto Baillères debe ocuparse de la igualdad de oportunidades y del impulso al talento de los jóvenes, no importando su nivel socio-económico. No es casualidad que el ITAM cuenta con un amplio programa de becas y ayuda financiera; en donde 1 de cada 3 estudiantes es apoyado para su desarrollo integral.

Son también de gran relevancia sus numerosas acciones en materia de salud y cultura. Particularmente, su liderazgo y contribución decidida en la creación y consolidación de la “Fundación Mexicana para la Salud” y de la “Fundación para las Letras Mexicanas”; que son referentes para superar dos retos claves de nuestra nación.

Don Alberto Baillères, como lo dice el Doctor José Barba,  es “un hombre parco en palabras y amplio en construcciones y logros”. Cito a Barba:

“Suele decirse que ‘en el mundo de los negocios el negocio es hacer negocios’ , es decir hacer dinero, no producir bienes y servicios ni, mucho menos, filantropi?a.

(…) puede decirse de Alberto Baille?res lo que dice David Riesman del mismo Marshall: “siempre tendi?a a mantener motivos altrui?stas, y seri?a un grave error incluirle dentro los que esperan nada más de la vida comercial su propio intere?s...”: pues Alberto Baille?res, responsablemente, tambie?n ha querido hacer crecer a los dema?s: incrementar y poner a circular el capital financiero del pai?s, y fundar y sostener obras para la formacio?n de una ‘noosfera’ nacional que los sistemas del pai?s requieren.”

A Don Alberto Baillères tendremos también que reconocerle su permanente generación de propuestas e ideas concretas para un mejor país. En su libro “Visión de País: de la pobreza a la prosperidad para todos”, en coautoría con el Doctor Fernández, nos dice:

“Los mexicanos aspiramos a construir una nación libre, justa, próspera y plural. (…) Vislumbramos que es posible y deseable que México sea una nación plenamente desarrollada, en la que imperen la ley y el buen gobierno, cuyos habitantes vivan en paz y armonía, sin discriminación, que disfruten y vean protegidas sus libertades individuales, económicas y políticas, que gocen de la prosperidad, y que estén debidamente educados en la ciencia y en la tecnología así como en los valores cívicos y humanos.”

Don Alberto Baillères está convencido que, para construir un mejor país, requerimos consolidar diez pilares: Derechos inalienables del ser humano; Paz y seguridad; Estado de Derecho; Estabilidad política y gobernabilidad; Gobierno eficaz y promotor del desarrollo; Economía de mercado; Capital humano e infraestructura física de clase mundial; Estabilidad macroeconómica y financiera; Integración exitosa a la economía internacional, y Preeminencia de la actividad empresarial nacional.

Don Alberto Baillères –un hombre de familia, muy apegado a su mujer, Teresa Gual, y a sus hijos y nietos– no presenta visos de querer jubilarse pronto. Es un hombre prolífico, un capitán de empresas e instituciones avezado, un emprendedor nato, un líder de espíritu joven, un nacionalista comprometido con el devenir y la prosperidad de México. Es, en el más estricto sentido de la palabra, un hombre apasionado para la creación.

En palabras del propio Alberto Baillères:

“No se trata de aspiraciones imposibles e infundadas, creo firmemente que todo ello es posible, otras naciones lo han conseguido y además tenemos las condiciones para lograrlo, contamos con una población joven, deseosa de tener acceso a oportunidades de desarrollo personal y que cuenta con la creatividad y un gran espíritu emprendedor”.

Debemos renovar nuestra convicción en la valía de vivir en una sociedad libre, y en la capacidad de los mexicanos.

El futuro de nuestro querido México depende en gran medida de que haya millones de exitosos emprendedores, que generen riqueza y empleos.”

Muchas gracias.